La cinta Joker muestra que en la vida hay problemas reales que debemos atender antes de mostrar al mundo una cara feliz.
“La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación.”, Immanuel Kant (filósofo y científico alemán)
Un Villano Poco Convencional
Joker es un thriller psicológico del 2019 dirigido por Todd Phillips y protagonizado por Joaquin Phoenix. Cuenta el origen del Joker en la piel de Arthur Fleck, un comediante con una enfermedad mental cuyas circunstancias de vida lo llevan a transformarse en el archienemigo de Batman.
Con un presupuesto de $70 mdd logró recaudar más de $1 billón de billetes verdes. Esta cinta fue aclamada a todos los niveles y lideró la contienda por el Óscar con 11 nominaciones llevándose 2 estatuillas; una de ellas para Joaquin Phoenix como Mejor Actor.
La cinta plantea un escenario cruel y despiadado para Arthur Fleck que busca abrirse paso en el mundo de la comedia mientras batalla con una enfermedad mental que lo aparta de la sociedad, limita sus posibilidades de vivir una vida convencional y desborda su vida.
Esta película- profunda y oscura, pero sobre todo realista- describe la fórmula social perfecta para detonar el odio y la anarquía en sus entrañas. Porque este Joker no es el clásico villano con la etiqueta de malvado, sino el resultado de lo que una sociedad torcida puede llegar a crear aunque no se canse de repetirnos a cada momento que ‘hay que poner una cara feliz’ ante la vida.
Una Vida Miserable
Joker es una de las mejores películas de los últimos tiempos. Sin temor a equivocarme me aventuraría a decir que está en el Top 5 de la última década. En mi opinión, los motivos para esta aseveración bastan y sobran.
Ninguna cinta en el universo fílmico de superhéroes había tratado el origen de un villano con un realismo, una humanidad y una justificación tal, que nos pusiera en su piel y generara ese nivel de empatía como lo hizo Todd Phillips con Joker.
La película se acerca más a un drama social contemporáneo que a una cinta de superhéroes, pero que vive en ese mismo universo, lo que resulta en un deleite por donde se le mire.
La vida de Arthur Fleck es, como mínimo, miserable. Su situación mental, familiar, laboral, económica y amorosa es un manojo de infortunios que no paran de acumularse y asfixiarlo.
Todos podemos identificarnos con alguna parte de la vida de Arthur Fleck.
Para mi, el éxito de esta cinta es precisamente ese. La empatía que tiene el espectador con Arthur Fleck por su situación de vida y la catarsis de liberación de esa tensión.
A veces somos el hazmerreír del mundo, a veces dudamos de nuestra capacidad en el trabajo, a veces soñamos con una relación amorosa, a veces estamos quebrados y sin esperanza y, muchas veces, simplemente nos sentimos unos inadaptados sociales. A veces somos como Arthur Fleck.
Una Bomba de Tiempo
Las capas de análisis de Joker dan para muchos posts. La cinta aborda las enfermedades mentales, la injusticia, la desesperanza, la depresión, la lucha por la felicidad, la fragilidad y el despertar de la conciencia. Pero lo que más llama mi atención es la infalible fórmula social de creación de villanos.
De un lado, el grupo privilegiado que sólo vela por sus intereses, del otro lado, una sociedad implacable con los más vulnerables y, en el centro, las personas desatendidas que sufren problemas de índole mental, emocional, económico, familiar, etc.
El resultado: la creación sistemática de villanos, monstruos que simplemente se etiquetan como “los malos” de la sociedad.
En toda película están ‘los buenos’ y ‘los malos’. Y en la vida también. Esa es la manera simplista de acomodar a los personajes que nos rodean. Pero hay mucho, mucho más detrás de ese juicio.
Una persona vulnerable, olvidada y constantemente humillada durante toda su vida tarde o temprano se transformará. Es una bomba de tiempo. Y no será algo agradable cuando explote.
Lo entrañable de Joker es que nos coloca justo en medio de esa situación caótica y nos da los elementos que nos hacen pensar que si estuviéramos en el lugar de Arthur Fleck probablemente explotaríamos como él. O peor.
Como miembros de la sociedad tenemos el deber de ser empáticos, de no prejuzgar y sobre todo de comprender que detrás de todo ‘villano’ existe una persona con aflicciones, frustraciones, miedos, problemas y traumas que lo han hecho ser quien es.
¿Alguna vez te has detenido a pensar en eso?
Por supuesto, no los justifico, pero debemos entender que con sólo poner una cara feliz ante la vida ni es suficiente ni soluciona problemas. Y si no somos parte de la solución, al menos podríamos evitar ser parte del problema.
Quién sabe… tus desprecios, condenas y humillaciones podrían estar creando a los Jokers de la próxima generación. Estás a tiempo de evitar que esa bomba nos explote a todos en las manos.
¡Nos leemos pronto!
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Las fotos son de Joker, Warner Bros Pictures/DC Films/Village Roadshow Pictures, 2019.
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