Con la película Chicuarotes aprenderás que si tú no tomas las riendas de tu vida, alguien más lo hará por ti.
“Controle su destino o alguien lo controlará”, Jack Welch (empresario y escritor estadounidense)
La Pobreza no Tiene Límites
Chicuarotes es la 2ª película de Gael García Bernal como director. 12 años después de “Déficit”, García Bernal regresa a dirigir este drama que sigue al “Cagalera” y al “Moloteco” que- en su intento por conseguir una vida mejor- cometen delitos cada vez más graves.
El ambiente de pobreza, maltrato familiar y criminalidad es algo ya visto en el cine mexicano y Chicuarotes no aporta algo nuevo a esta premisa sino que retrata esas condiciones de vida de modo superficial- rayando en el cliché- y deja importantes huecos argumentales y en la construcción de personajes.
El Cagalera es la ‘mente maestra’ de los crímenes hasta que sus actos afectan a quienes le rodean, en especial a su cómplice- el Moloteco- por ser un seguidor que no toma las riendas de su vida.
Ser un Líder
‘Chicuarotes’ es el gentilicio de San Gregorio Atlapulco, donde abunda la pobreza y de donde son originarios el Cagalera y el Moloteco. Este dueto trabaja como payasitos en el transporte público hasta que ‘evolucionan’ su negocio al asalto a pasajeros.
El Cagalera lleva la batuta y el Moloteco es su fiel seguidor y cómplice. De los delitos- cada vez más peligrosos- a las decisiones más simples, el Cagalera da las órdenes y el Moloteco las cumple.
La idea de ‘ser líder’ es seductora y a veces parece ser un objetivo en sí mismo para emular gente como Michael Jordan, Nelson Mandela o Steve Jobs.
¿Qué tienen en común todos estos personajes?
Desafiaron al status quo y llevaron a un grupo de gente a hacer cosas que no sabían que podían hacer. Pero lo más importante, lograron progreso y dejaron un legado.
Ser líder implica una gran responsabilidad, la de formar otros líderes.
El auténtico líder forma líderes, gente capaz de pensar por sí misma y continuar el legado. No como el Cagalera que decía qué debía hacerse y el Moloteco que sólo seguía instrucciones. Y lo peor, ellos no buscaban progreso ni un legado, sólo una salida ‘fácil’ a sus problemas.
Dejarse Llevar
El plan del Cagalera para evadir una vida de pobreza era conseguir 20 mil pesos, huir de su pueblo y comprar una plaza en el sindicato de electricistas para vivir en paz y con dinero toda su vida. A simple vista no suena mal, el problema son las formas de hacerlo.
“Ni siquiera unos chococoyos decentes podemos comer, tenemos que tragar de los rancios; es el mundo”, El Cagalera
Cuando la desesperación alcanza su punto máximo, nuestra mente nos juega chueco y nos presenta opciones que de otro modo no consideraríamos. Así es como el Cagalera- con su limitada visión del mundo por la circunstancias en las que vive- decide ser agresivo y mejorar su vida.
Pero no el Moloteco. Él no decide nada. Él simplemente se deja llevar.
Recuerdo que en la escuela había compañeros con mucha iniciativa para hacer travesuras y que tenían seguidores que sólo se dejaban llevar. Usualmente los de la iniciativa se las arreglaban para librarse de los castigos, pero a los que se dejaban llevar generalmente les tocaba la peor parte.
La vida me ha enseñado que si te dejas llevar sin pensar es muy probable que tú seas el/la más afectado(a).
El Moloteco no tomaba sus propias decisiones de manera consciente, no sólo él era pobre, sino que su mentalidad lo era y- por tanto- su vida estaba a la deriva, en manos de todos menos de él mismo. El MVP dicta que la Mentalidad es el primer paso para tomar las riendas de tu vida.
“Cultiva tu mente. Puedes ser pobre, llevar zapatos rotos, pero tu mente es un palacio”, Frank McCourt (película “Angela’s Ashes”)
Toma las Riendas de Tu Vida
Al Moloteco lo trataban como tonto, nadie lo tomaba mucho en cuenta, en parte porque era un títere y hacía sólo lo que le decía el Cagalera. En la sociedad actual encuentro mucha gente así, que sigue órdenes sin pensar cómo eso les afecta, a ellos mismos y a los demás.
Pero existe un antídoto que- aunque todos lo tenemos- no todos utilizan: la libertad. Y no me refiero a la libertad física que, desafortunadamente, hay gente privada de ella, sino a la libertad de la mente, la libertad de pensamiento. Nadie puede coartarte esa libertad.
La fórmula para tomar las riendas de tu vida se basa en hacer uso de tu libertad de pensamiento y en el poder de decir ‘no’.
El Cagalera decidió su propio destino, pero el Moloteco no decidió el suyo sino que fue una víctima de las circunstancias, un seguidor ciego, un cómplice sin voz, alguien sin pensamientos propios que dejó su vida y su destino en manos de alguien más. Y todo por no decir a tiempo: ‘no’
A veces puede ser difícil decir ‘no’, pero cuando aprendas que nadie va a sufrir tu destino más que tú mismo(a), entenderás que sólo tú eres el/la responsable de tomar las riendas de tu propia vida.
¡Nos leemos pronto!
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Las fotos son de Chicuarotes, La Corriente del Golfo/Cinematográfica Amaranto/Televisa Films, 2019.
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